Si te has encontrado alguna vez eligiendo té sobre prácticamente cualquier otra cosa en la vida, este es tu momento de decir: “¡Esa soy yo!” Prepárate para asentir con una sonrisa mientras desvelamos las confesiones de una Teinómana. ¡Allá vamos!
Armario de tés versus armario de zapatos: ¿Quién necesita tacones cuando puedes tener… té hasta los talones!? En mi mundo, una buena selección de tés exóticos gana por goleada a cualquier par de “Manolos”.
El restaurante según el té: ¿comida? ¿eso qué es? Si su carta de tés no tiene al menos cinco variedades, estamos fuera. Yo vengo por el té, la comida es solo un acompañante.
Mi momento Zen: Interrumpir mi hora del té es como llamar a Voldemort por su nombre… ¡Prohibido! Es mi momento de “me, myself and my tea”, y punto!
Sommelier en casa: ¿Vinos? ¿en serio? Yo hago catas de té que harían llorar al más pintado. “Este Oolong tiene notas herbales y perfil… Espera, ¿es eso un toque de felicidad?”
La invasión de las teteras: Hay una tetera en cada esquina de mi casa. ¿Decoración? No, puntos de recarga de té. La vida es muy corta para estar lejos de tu próxima taza.
El terror de quedarse sin té: Cuando el nivel de té baja… el pánico se instala. Corres a tu tienda preferida como si el fin del mundo estuviera sobre ante ti. ¡Que no cunda el pánico, voy a llevármelos todos!
El sagrado ritual: Preparar mi té es mi forma de meditación. Si veo a alguien vertiendo el agua antes de calentarla a la temperatura exacta, o infusionando mas tiempo del debido… puedo iniciar una cruzada.
El té es mi terapeuta: ¿Problemas? Tengo un té para eso. En realidad, tengo un té para ocasión. ¿Quién necesita terapia cuando tienes una tetera?
Dime que me quieres con té: Los diamantes son para siempre, pero un té raro y exótico es mi tipo de amor eterno. Mejor si viene con una tetera chic.
El té como estilo de vida: No solo bebo té; predico el evangelio del té. Si estás buscando convertirte, VEN! tengo un sermón listo sobre la divinidad del matcha.
¿Te has visto reflejad@ en alguna (o todas) de estas confesiones? ¡Es hora de compartir tu amor (y locura) por el té con el mundo! Usa el hashtag #ConfesionesDeUnaTeinómana y cuéntanos esa anécdota té-rriblemente divertida. ¡Vamos a reírnos junt@s de nuestra tea-dependencia!
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