Beber el alma de una montaña.

Un blanco intrigante, el Wild Bai Ya

El «Wild Bai Ya» es un té blanco de carácter silvestre, «asalvajado» como su nombre indica, que proviene de regiones montañosas de China donde aún crecen plantas de té sin domesticar. El término «Bai Ya» (白芽) se traduce literalmente como «brotes blancos» y hace referencia a los delicados brotes jóvenes cubiertos de una fina pelusa plateada, característicos de ciertos tés blancos de alta calidad, como el famoso Baihao Yinzhen (o Silver needle).

La mención de “wild” (salvaje) no es menor: implica que este té se cosecha de arbustos que crecen de forma natural, sin intervención humana en su cultivo. Estas plantas, al no estar sometidas a podas ni fertilizantes, suelen desarrollar un perfil organoléptico más complejo, influido por la biodiversidad de su entorno. Esta práctica, además de ser más sostenible, otorga al té una autenticidad especial: cada cosecha puede variar según las condiciones climáticas del año, aportando una experiencia única en cada taza.

Propiedades, características y beneficios

El Wild Bai Ya se elabora con un mínimo procesamiento: se marchita y se seca, conservando intactas muchas de sus propiedades antioxidantes. Este tipo de té es rico en catequinas, polifenoles y aminoácidos como la L-teanina, lo que lo convierte en una opción excelente para quien busca una bebida con beneficios para la salud, sin los efectos excitantes del té negro o el café.

A nivel sensorial, se distingue por su delicadeza y sutileza: en taza suele presentar notas florales, ligeramente herbales, con matices afrutados —a veces recordando al melocotón blanco o a la pera— y un retrogusto dulce y aterciopelado. Su infusión clara, de tonalidad pajiza, transmite ligereza pero con una profundidad mineral que remite a sus orígenes salvajes.

El Wild Bai Ya es también ideal para la meditación o para momentos de pausa consciente. Su bajo contenido en cafeína lo convierte en una opción apropiada para la tarde o incluso la noche.

Forma de preparación y curiosidades

Según la etiqueta proporcionada, se recomienda infusionarlo durante 5 minutos a una temperatura de entre 75 y 85 °C. Esta temperatura relativamente baja es esencial para no dañar los compuestos delicados del té blanco y para preservar su dulzura natural sin desarrollar amargor. A mí personalmente me gusta arrancar con 3 m. y con la temperatura mas baja dentro del rango sugerido, y luego ir aumentanto los tiempos y las temperaturas en los siguientes infusionados.

Una curiosidad interesante sobre este tipo de té es que puede ser reinfusionado varias veces: cada infusión revelará nuevas capas de sabor. De hecho, muchos amantes del té blanco lo disfrutan más a partir de la segunda o tercera infusión, cuando los sabores se han desplegado completamente. Para ello, se puede emplear una tetera pequeña estilo gongfu o una taza gaiwan, ajustando el tiempo de cada infusión.

El Wild Bai Ya es una joya para quienes buscan una experiencia auténtica, refinada y contemplativa con el té. Su rareza y carácter silvestre hacen que cada sorbo conecte con la naturaleza de forma directa, como si estuviésemos bebiendo el alma de una montaña.

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