Cold brew / Infusión en frío

El “cold brew” no es solo una tendencia; es una revolución en la forma en que disfrutamos el té. A diferencia del método tradicional de infusión en caliente, el cold brew se refiere a la técnica de infusionar el té en agua fría durante un período prolongado, generalmente entre 6 y 12 horas. Este pausado proceso extrae lentamente los sabores y aromas del té, resultando una bebida suave, menos astringente y muy refrescante.

El origen

Aunque el término «cold brew» se ha popularizado en la cultura del café, la técnica tiene raíces profundas en el té, especialmente en las culturas asiáticas.
En Japón, la infusión en frío o «mizudashi» es una práctica tradicional que se utiliza para preparar té verde. Cuenta la leyenda que nació en Japón, cuando un maestro del té olvidó su Sencha en agua fría durante la noche. A la mañana siguiente, descubrió una bebida tan deliciosa que decidió compartirla con el mundo.

La idea detrás de esta técnica es extraer los sabores más sutiles del té sin los amargos que a veces se liberan con el calor. Con el tiempo, esta forma de preparación ha trascendido culturas y ahora es una tendencia global, permitiendo a los amantes del té disfrutar de su bebida favorita de una manera nueva y refrescante.

La elección del té

La elección del té es crucial para lograr un cold brew perfecto. Aunque técnicamente se puede usar cualquier tipo de té, aquí te hacemos algunas sugerencias:

  1. Los tés verdes, especialmente los japoneses como el Sencha o el Gyokuro. Estos tés producen una bebida suave, con notas herbales y un toque de dulzura natural.
  2. El té blanco, como el Pai Mu Tan, es otra excelente opción. Debido a su mínimo procesamiento, resulta ligero, con un perfil sutil y delicado.
  3. Los tés Oolong, que se sitúan entre los verdes y los negros en cuanto a oxidación, llegan a ofrecer una increíble complejidad de sabores desde notas afrutadas hasta toques florales y tostados.
  4. Aunque menos comunes, los tés negros con notas especiadas o cítricas, como un Darjeeling o un Earl Grey, pueden crear una bebida robusta y compleja sin la astringencia que a veces caracteriza a los tés negros infusionados en caliente.
  5. Y finalmente, los Pu -erh te aportaran un sabor intenso y terroso.

Maridajes y sugerencias

El cold brew es increíblemente versátil y se presta a una amplia gama de maridajes que pueden elevar tu experiencia de degustación. Aquí te dejamos algunas ideas:

  1. Cold Brew de té verde con sushi: El frescor del té verde complementa la delicadeza del sushi. Las notas herbales del Sencha o Gyokuro limpian el paladar entre bocado y bocado, potenciando los sabores del pescado, creando un maridaje ligero y armonioso.
  2. Cold Brew de tés negros con queso. Darjeelling con Brie, Assam con Camenbert. Para quienes disfrutan de sabores más intensos, aquí el té actúa como contrapunto creando un interesante equilibrio.

    Y para los días en que necesites ese «extra boost»:
    – Añade una rodaja de limón y/o una pizca de menta para un twist refrescante – Mezcla tu cold brew de té negro o Pu-erh con un chorrito de leche vegetal para un latte celestial.

Como hacer un perfecto Cold Brew

  • Elige tu té y experimenta con cantidades: Selecciona el tipo de té. Si prefieres un sabor más intenso, puedes aumentar la cantidad de té o extender el tiempo de infusión, (Usa 1.5 veces la cantidad de té que usarías normalmente). La belleza del cold brew es que puedes ajustarlo a tu gusto.
  • Agua: La calidad del agua afecta directamente el sabor del té. Elige agua filtrada para obtener un cold brew limpio y puro.
  • Ten paciencia: El cold brew requiere su tiempo. Deja reposar la mezcla en el refrigerador entre 6 y 12 horas. El tiempo de infusión dependerá del tipo de té; los tés verdes suelen necesitar menos tiempo que los negros.
  • Cuela, decora y disfruta: Presenta tu cold brew en un recipiente transparente; puedes añadir rodajas de frutas, flores comestibles o incluso un toque de miel o jarabe de agave si te gustan los sabores más dulces.

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