El primer té

Ichibancha: el inicio de algo extraordinario

Hay palabras que contienen estaciones enteras, Ichibancha es una de ellas. En Japón, esta expresión significa “primer té” y se refiere a la primera cosecha de hojas de té del año. Pero no es una cosecha cualquiera. Es un acontecimiento estacional, un despertar de la tierra tras el frío, una sinfonía de compuestos que han reposado pacientemente durante meses esperando este momento.

Recolectado entre abril y mayo, el Ichibancha es el más esperado por agricultores, maestros del té y amantes del sabor auténtico. Durante el invierno, las hojas acumulan nutrientes, desarrollan clorofila, teanina y fragancia, y cuando llega la primavera, todo eso explota en forma de sabor. Su perfil es suave, dulce, vegetal, con un umami profundo y persistente que te acaricia el paladar sin estridencias. No es casualidad que muchos de los tés más exquisitos del país —como el sencha, el gyokuro o el sencha- kabuse— provengan de esta primera cosecha.

Cada té nace diferente

Lo que diferencia al Ichibancha de cosechas posteriores no es solo su sabor, sino el equilibrio entre sus compuestos. Al no haber recibido mucho sol, las hojas tienen un contenido muy elevado de L-teanina, un aminoácido que aporta notas dulces y relajantes, y menos catequinas, entre otras cosas responsables del amargor. El resultado es un té elegante, suave y aterciopelado, que se deja beber sin prisas y que invita a la contemplación.

En cambio, las siguientes cosechas ofrecen perfiles más ásperos, con menos dulzura y más astringencia. Y aunque la producción del Ichibancha es más limitada y su precio más alto, también es más puro, más fresco y más especial. Es el reflejo de una estación y una manera de entender el cultivo con mimo y precisión.

Detener el tiempo

Beber Ichibancha es celebrar. Es regalarte algo fugaz, como las flores del cerezo o los primeros espárragos del año. En Japón, muchas familias en primavera compran shincha, el primer sencha del año, elaborado con hojas de la primera cosecha y procesado inmediatamente para preservar su frescura estacional; como un gesto de aprecio o para desear salud y fortuna. En el mundo del té, representa el momento en el que todo vuelve a empezar.

Si tienes la suerte de encontrar un té que sea “Ichibancha”, tómalo como una invitación. No lo guardes para una ocasión especial: la ocasión es ahora. Prepara tu taza, respira hondo y deja que la primavera japonesa entre en casa. Pocas cosas tienen el poder de detener el tiempo como un buen primer sorbo de Ichibancha.

Nuestro ichibancha de hoy, se ha guardado y madurado ligeramente para producir este sencha de gama alta, que también se puede comer. Descúbrelo en nuestras experiencias como la cata de té con maridaje: El Mago del Té

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