Regalos originales: ceremonias y catas de té CATACATA
Tu postura en la ceremonia del té
Recientemente, un participante que asistía por primera vez a una ceremonia del té me hizo un comentario que me dejó pensativa: «No sabía que la forma de sentarse fuera tan importante». Comprendí que muchas veces damos por sentado (nunca mejor dicho…) aspectos fundamentales de los rituales que merecen ser explicados con mayor detalle. Fruto de ese comentario nace este post.
Imagina por un momento que tu cuerpo es un puente entre el cielo y la tierra. Así es como las culturas milenarias del té han entendido la importancia de la postura corporal durante siglos. No es solo una cuestión de etiqueta: es una forma de honrar el momento presente y conectar con una tradición que trasciende el tiempo y las fronteras.
El arte de sentarse: más que una simple posición
En las ceremonias del té, la postura no es un mero formalismo. Es el primer paso hacia el mindfulness, un acto de presencia plena que nos prepara para recibir la experiencia del té en toda su plenitud. Cuando adoptamos una postura correcta, nuestro cuerpo se convierte en un templo viviente que honra la bebida ancestral que estamos a punto de degustar.
La forma en que nos sentamos durante una ceremonia del té es una manifestación física de respeto: hacia el té, hacia nuestros compañeros de ceremonia y hacia nosotros mismos (Key). Es un recordatorio silencioso de que estamos participando en algo más grande que el simple acto de beber: estamos formando parte de un ritual que ha unido a personas durante milenios.
La elegancia del Seiza: la postura japonesa
En Japón, el seiza (正座) es mucho más que una manera de sentarse: es una declaración de principios. Literalmente significa «sentarse correctamente», y vaya si hace honor a su nombre. Con las piernas dobladas bajo el cuerpo, los empeines presionando suavemente el suelo y la espalda erguida como un noble bambú, el seiza es la personificación de la disciplina y la gracia.
Durante la ceremonia japonesa del té (Chanoyu), esta postura crea una línea energética perfecta desde la corona de la cabeza hasta el suelo. Los pies, con los pulgares ligeramente superpuestos, anclan nuestro ser al presente. Las manos, reposando con las palmas hacia abajo sobre los muslos, simbolizan apertura y receptividad. El seiza nos enseña que la verdadera ceremonia comienza con el primer momento en que disciplinamos nuestro cuerpo.
El pragmatismo chino: Flexibilidad con propósito
La aproximación china a la postura durante la ceremonia del té (Gong Fu Cha) refleja una filosofía diferente pero igualmente profunda. Aquí, la tradición abraza una mayor flexibilidad, adaptándose a diferentes contextos y necesidades. Ya sea en la postura del loto para momentos más meditativos, o sentados en pequeños asientos o taburetes, el énfasis está en mantener la columna vertebral erguida y el corazón abierto.
La ceremonia china del té nos enseña que la reverencia no necesita ser rígida. El guìzuò (跪坐), muy similar al seiza pero menos estructurado, nos recuerda que la formalidad puede coexistir con la comodidad. Esta flexibilidad no disminuye el respeto; por el contrario, nos muestra que la verdadera reverencia puede manifestarse de múltiples formas.
Sea cual sea la tradición que sigamos, la postura durante la ceremonia del té es un recordatorio tangible de que estamos participando en algo extraordinario. Es una invitación a despertar, a estar presentes, a honrar una tradición que ha sobrevivido siglos precisamente porque sabe equilibrar la forma con la esencia, el respeto con la naturalidad, la tradición con la adaptabilidad.
La próxima vez que te sientes a disfrutar de una taza de té, recuerda: tu postura es el primer sorbo de la ceremonia.

