El rey de las cejas longevas
El Shou Mei es un té blanco nacido en las montañas brumosas de Fujian, especialmente en el condado de Fuding y zonas aledañas como: Zhenghe, Guangxi y Nanping. Su nombre se traduce como “cejas de longevidad”: “Shou” respresentaría el concepto de vida larga y “Mei” remitiría a las hojas largas y arqueadas del té, lo que recordaría unas elegantes cejas.
Aunque a veces se ha considerado un “subproducto” tras el Silver Needle o el White Peony, Shou Mei no deja de conquistar paladares por su auténtica y robusta personalidad . Se cosecha avanzada la temporada (otoño o primavera), recogiendo hojas maduras y también algunos tallos, lo que le otorga cuerpo, robustez y un tono más oscuro.
Características
Como todo té blanco, es rico en catequinas y polifenoles antioxidantes, que ayudan a neutralizar radicales libres, fortalecer el sistema inmune, mejorar la circulación y ayudar en la digestión. Además, tiene menos teína/cafeína, que el té verde o negro, pero suficiente para un estado de atención y presencia.
Cuenta la leyenda que dos perezosos hermanos de Nankeng: mezclando descuidadamente brotes y hojas de Camelia sinensis, produjeron un té desordenado pero sorprendentemente delicioso. Ese fue el origen del Shou Mei con su pintoresco nombre.
Popularmente se considera que: “Un año es té, tres años medicina, siete años tesoro”. Así, Shou Mei parte de un joven y fresco perfil herbáceo (notas de heno, hortalizas y un dulzor suave al final), evolucionando cuando envejece, en ricos matices de dátil rojo, miel espesa y madera antigua. El infusionado resultante es dorado, más oscuro que otros tés blancos, pudiendo llegar a ser incluso de un intenso ámbar.
¿Sabías que un Shou Mei de 5 años se convierte en una joya absoluta? Imagína: Abrir la lata, percibir notas de un aroma entre albaricoque seco y bosque otoñal. Tras la primera infusión, apreciar la miel densa evolucionando con toques de madera añejada, y tras varias infusiones, el descubrimiento de notas que te llevan… quizás a un pasado desconocido… Ideal para compartir. Interesante en versiones frías, cold brew, maridando con dim sum o repostería ligera, y desde luego como gran aliado para momentos meditativos y creativos.
El Shou Mei no es solo un té blanco más: es historia, sabor, salud y transformación en una simple taza. Apto tanto para principiantes como para expertos, combina elegancia y robustez, y no deja indiferente. Si nunca lo probaste, date el gusto: prepara una ronda y comparte la experiencia.
Preparación
-A la manera Occidental:
3–4 g en taza de 250 ml
Agua a 90–95 °C
Dejar reposar entre 3 y 5 m.
-A la manera Oriental (Gong Fu)
5–7 g en gaiwan o tetera pequeña
Lavado de 5 s, luego infusionado de 15 s → 20 s → 30 s, aumentando cada vez. Pudiendo alcanzar 6–8 infusiones, (algunos sugieren que incluso hasta 10…).







